El brillo de la espada en el ciclo del sol pesa en los ojos del viajero en un puño concentra la esperanza mientras camina de regreso a su refugio donde ha ido atesorando cosas a las que aferrarse y piensa en proezas que le quedan por cumplir algunas todavía posibles pero están las otras roídas por el tiempo enmohecidas entre el polvo y las telarañas la calle se va abriendo a su paso todo es claro para él reconocible fácil de manejar las mismas formas el viento suave en la cara las sombras de los árboles que se ondulan y las claves del bosque a su espalda ha dejado un vacío la luna sangrante que en un relámpago de cuchillos le devuelve por un segundo su vida entera un cosmos difícil de entender un tablero de ajedrez donde las piezas se mueven solas