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El vino de tu boca

 Uvas frescas cuentas de dulzor vibrante semillas de piel de lumen pasajes fragorosos   marmóreos oceánicos la marea a cada hora como un canto que rueda  cuando los cargadores bajo el sol invitados al trabajo llenan las  prensas  con su cansancio   una sangre espesa la espuma  y se derrama cuesta abajo por encima las abejas  se revuelcan en el mosto  ha llegado al fin su hora  de llenar sus toneles  con enigmas de suculencias   concurren de muy lejos  en cuantiosas caravanas a celebrar esta fiesta mujeres y hombres en paridad de vida antes que un trueno en ronda apague la tarde del sol y hunda al cielo  en la garganta de una ola

Las cuentas claras

 Estás en el centro de tu estrategia cambiar el agua de las flores y que de  oro se  forren las paredes  cuando el origen preste tantos muertos en proyección como sean necesarios daría un tramo del camino recorrido por una sola noche en el limbo de las ocasiones donde el precio del deber  lo paguen otros mi historia es un poco diferente no fumo rencores recostado en una lápida porque el camino es incierto para mí y todo el tiempo  todo el tiempo todo el tiempo estoy reclamando para que me tengas en cuenta estoy dentro de tu bolsillo y luego están las nubes por encima  recibiendo los escupitajos que  lanzamos al cielo y la borra de lo que nos bebemos en el fondo del vaso qué no daría yo por ver tu rostro  reflejado en mi espejo pero no será así no es así y nunca lo será solo seremos quien suscribe y los que aguantan mis quejas mis propios zapatos gastados no tendrás que repetirlo estaré dentro tuyo más de una vez cuando el sol me caliente un p...

Vadeando el círculo

 Más negado que ardiente con pasos dichos por primera vez la fría margen en un espejo de barro  hombre en ciernes por primera vez besa recuerdos embrión en puja saltando de piedra en piedra  surca  arroyos negros  incertidumbre  de ojos bien abiertos  una bala y termina lo que apenas ha comenzado por primera vez rebelión de horas fugaz a todo o nada cambiar las cosas es su audaz filme de oportunidades hace mucho tiempo en la vida que las causas nunca serán tan nobles como ésta y hace mucho tiempo en la muerte que ésta es la última vez salió el disparo  de entre las ramas enredadas de un retamo descarga abierta vuelo asustado   golpe sordo del aire arremetido rayo y  dolor que echa sangre justo a tiempo preciso da  en el blanco para cambiar las cosas de una sola vez para llenar de nada un todo ilusionado   y no hay marcha atrás en la guerra cuando algo empieza algo debe terminar

Tiempo de descuento

 Cuánto crece el orgullo por lamer zapatos de primera marca estoy libre después de la seis aunque podría antes el hombrecito no manda a planchar su traje gris ni se peina las pesadillas que lo arropan cuánto vale tu obsecuencia multitudinaria cuántas balas te quedan en pertrecho ¿quedan? cuando sea la hora de marchar no olvides el cuaderno de cuentas lastima tu limosna cuando la escondes cuánto vale el pellejo de los otros quienes no te interesan porque no aportan nada a tu noble causa de arrogante egocentrismo azul

Fiesta (Segunda Parte)

-  El barco entero para nosotros - festejó ella tras comprobar que todo estaba en orden para emprender la aventura.  Cuando abordamos, la barca se escoró exageradamente haciéndonos tambalear, Sospeché que el viaje iba a ser más corto de lo previsto, expuestos a los cambios de humor que suele tener el Egeo con sus corrientes impredecibles y saltos de la profundidad, no llegaríamos lejos. Pero dejé que ella me convenciera de que nada malo podía suceder, solo quería estar a su lado. Además me intrigaba mucho ese castillo. Otra cosa que me intrigaba era cómo se propulsaba aquella cosa: aparentemente no dependía del viento, y tampoco tenía motor… Ella se apoyó contra mi hombro y cerró los ojos -Deja de rezongar, estaba por quedarme dormida. Allá está la luna, mira. El agua hacía espuma en el reflejo lunar cuando el barquero recogió el remo y lo hundió profundamente en el agua sin el menor chasquido, puede que en el momento justo para que lentamente nos fuéramos despegando de la cos...

Fiesta (primera parte)

En las calles había un ambiente festivo. Todos los que acababan de llegar a la isla se aglomeraban para tener la mejor vista de la caldera del volcán. Allí estaban fondeados los barcos que nos habían traído, además de las lanchas que trasladaban a los visitantes hasta el muelle, zumbando alrededor de los barcos como abejas atraídas por la miel.    Nunca antes había estado en la isla, aunque me resultaba familiar. Caminé sin rumbo, deteniéndome en uno que otro puesto callejero. Di unas cuantas vueltas antes de comprender que era muy fácil perderse en una encrucijada. Con tantas callecitas y escalones arriba y abajo empezaba a preguntarme si realmente estaría yendo para la playa, quería ver de cerca ese barquito medio hundido que había descubrí en las rocas, donde debió encallar cuando intentaba alcanzar la orilla en su último día.  Las puestas de sol por esas latitudes son impresionantes, el folleto no mentía. No había nada para reprochar. Se me fue el...