El día que se partió el cemento
salimos al sol enceguecidos
como la mano que lame el perro
la entonación sin fe
buscábamos cicatrices donde no quedaba nada
y el mar se elevaba en donde habían estado las torres
la tempestad reducía a astillas los restos
y corría en el aire un olor a sangre nueva
era la vida
las uvas que reventaban en racimos
Otra vez estuve cerca
cuando las mujeres de los soldados enviudaban sin saber
una tras otra
a tiro de fusil estaba el blanco móvil
tu corazón y el mío latiendo como locomotora
la garganta seca
y siempre el rocío de tu sudor en mis dedos
recuerdo que la cama crujía
la voz destemplada de los pájaros
y el ripio del camino
recuerdo también la fruta fresca
y que el agua no sabía bien
pero no importaba
era un comienzo
después estaba lo otro
matar el augurio
lo más difícil
y no mirar atrás.
salimos al sol enceguecidos
como la mano que lame el perro
la entonación sin fe
buscábamos cicatrices donde no quedaba nada
y el mar se elevaba en donde habían estado las torres
la tempestad reducía a astillas los restos
y corría en el aire un olor a sangre nueva
era la vida
las uvas que reventaban en racimos
Otra vez estuve cerca
cuando las mujeres de los soldados enviudaban sin saber
una tras otra
a tiro de fusil estaba el blanco móvil
tu corazón y el mío latiendo como locomotora
la garganta seca
y siempre el rocío de tu sudor en mis dedos
recuerdo que la cama crujía
la voz destemplada de los pájaros
y el ripio del camino
recuerdo también la fruta fresca
y que el agua no sabía bien
pero no importaba
era un comienzo
después estaba lo otro
matar el augurio
lo más difícil
y no mirar atrás.
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