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Grandes maestros del engaño

Cómo has cambiado al despertarme hoy el rocío empantanando las hojas  de pura confusión y mis  tontas afirmaciones que ahora me hacen sonreír  ¿no es gracioso que en un juego de cartas el siete bravo pareciera tan real cuando no estaba? ¿y los horarios en las estaciones que cambiaban inexplicablemente? todo iba  tan rápido en aquel tren bala  y subimos con tanto apuro  que no entendí lo que estaba pasando sin embargo algo ocurrió    no sé si recordarás pero debe seguir allí  en la retina del ojo infinito   entonces amiga mía por los viejos tiempos y la aventura de vivir ¿fueron reales  aquellas naranjas camufladas en las hojas con el color de tu piel o solo se trató de un mal entendido?

Lo que dabas

En cuanto se levante la barrera el verde se extenderá en redondo  y como por una pista de cera sin cataclismos me iré de aquí tranquilamente no acostumbro meterme  en problemas su secreto hubiera estado a salvo si me hubiese dejado seguir el tren está en el andén repleto de vacío sin música de fondo para respirar porque en el fondo se trata de eso siempre llueve   y si todo el tiempo llueve la ropa es la piel temblando parece que nunca fuera a parar  de ida  a veces es diferente con algo en la panza las luces parpadean mejor  y muy por encima desde una nube podés verlo todo mientras hojeás una revista cuando de pronto se aparece el ladrón y se lleva la nube

Los pies del amanecer

Los encuentros asoman sus pies por debajo de la sábana con el pálido sol  y el rocío que moja los claros  busca donde se buscan los caminos y ahí estaba aún la luna  discontinua  perdida de tanto ambular    pero al parecer algo le faltaba lo tenía yo me quedé atento a su aparente preocupación así somos los ladrones ahora todo aquello que me rodeaba la primavera en su conjunto  era mío no son solo palabras  un torrente de pañuelos al aire  así se atrapa a los incautos ella era la luna y dejó que la robara   

Meridiano

Depende del sol no es culpa de nadie ni del que se lleva las uvas  ni de las moscas que sueltan retórica lascivos indecorosos los colchones duermen en las calles con ojos abiertos la peste de los baños públicos el caracol arrastrándose apacible y tu lengua en mi lengua mientras no había tiempo para nada fluctuando nubes rosadas en una hamaca vacía y al camino sonrisas  a la hora de comer hojas verdes   no era eso no dependía de otras cosas y no eras yo no podías pero de qué sirve decirlo  en horas muertas de antesala cuando el sol tenía que estar en todas partes porque en el fondo es eso cuando vas a fondo lo que sea para qué pensar en lo  inmoral que suena ahora orinar en tu ombligo  y lamer tu dulce ternura si las palabras derivadas del amor no deberían derivar ni entenderse en otro sentido que el único posible entonces de quién dependía  todo lo que depende de algo respirá hondo como si fueras a sumergirte en la noche a lomos de una estrella co...

Ellos

Se cuelan en los rincones aparecen de repente cuando abrís un cajón abren puertas  desentendiéndose de sus intereses y en beneficio de los tuyos fraguan lo inmaculado  que tiene marca sagrada así son caminan entre nosotros a un paso de distancia cuando no te están esperando en el umbral puede que se alumbren con antorchas melodramáticos flotando  por encima de los árboles parecen reales  y en verdad lo son según cómo se mire si conseguís identificarlos se te erizará la piel al comprobar que en casi nada se diferencian de tu sombra ya que ellos son vos tu principal enigma aunque te comas la manzana de Eva y te disculpes frente a la tumba de tu madre nunca debes darles la espalda ellos no te dejarían tirado no olvides que sos parte de su partida y existen por vos y para vos dependen de ello te beneficia alimentar su permanencia en este mundo donde te tocó caer 

Mis amadas nubes de tormenta

Dijiste que me querías mientras sembrabas en un estanque  tus mágicos peces bailando las horas con brillo de canicas  lo dijiste entre nubes no había suspiros contrarios a los vientos la lengua infinita  se hacía necesaria aletargaba las oscuras raíces que se adhieren  a la substancia de la noche dijiste que me querías con descalzas intenciones y lo que yo quiero es que arrase ésta tormenta porque cuando llueve es mejor cuando llueve es el fondo de todo lo dijiste  lo sé o lo insinuabas eso no lo sé pero es igual mientras siga metido en un vórtice de engaños  

De origen desconocido

Más lejos de la cuenta lo que importa ahora no está señalado no cuentan los horarios que cumplías ni lo que has dejado atrás te ha quedado la imagen del gato que miraba la pecera como rezago y la forma que tenías de regalar tus sensaciones  apenas mueven tus labios el resto del cuadro es que nada más cuenta  solo humo en tono pastel  y la expansión de tus pupilas del uno al diez cuánto importa ahora cuánto vale ya baja el gancho para  sostenerte con un crujido de cadenas que aturde cuando estás a la mano y a años luz  de lo que creías tuyo