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Ellos

Se cuelan en los rincones aparecen de repente cuando abrís un cajón abren puertas  desentendiéndose de sus intereses y en beneficio de los tuyos fraguan lo inmaculado  que tiene marca sagrada así son caminan entre nosotros a un paso de distancia cuando no te están esperando en el umbral puede que se alumbren con antorchas melodramáticos flotando  por encima de los árboles parecen reales  y en verdad lo son según cómo se mire si conseguís identificarlos se te erizará la piel al comprobar que en casi nada se diferencian de tu sombra ya que ellos son vos tu principal enigma aunque te comas la manzana de Eva y te disculpes frente a la tumba de tu madre nunca debes darles la espalda ellos no te dejarían tirado no olvides que sos parte de su partida y existen por vos y para vos dependen de ello te beneficia alimentar su permanencia en este mundo donde te tocó caer 

Mis amadas nubes de tormenta

Dijiste que me querías mientras sembrabas en un estanque  tus mágicos peces bailando las horas con brillo de canicas  lo dijiste entre nubes no había suspiros contrarios a los vientos la lengua infinita  se hacía necesaria aletargaba las oscuras raíces que se adhieren  a la substancia de la noche dijiste que me querías con descalzas intenciones y lo que yo quiero es que arrase ésta tormenta porque cuando llueve es mejor cuando llueve es el fondo de todo lo dijiste  lo sé o lo insinuabas eso no lo sé pero es igual mientras siga metido en un vórtice de engaños  

De origen desconocido

Más lejos de la cuenta lo que importa ahora no está señalado no cuentan los horarios que cumplías ni lo que has dejado atrás te ha quedado la imagen del gato que miraba la pecera como rezago y la forma que tenías de regalar tus sensaciones  apenas mueven tus labios el resto del cuadro es que nada más cuenta  solo humo en tono pastel  y la expansión de tus pupilas del uno al diez cuánto importa ahora cuánto vale ya baja el gancho para  sostenerte con un crujido de cadenas que aturde cuando estás a la mano y a años luz  de lo que creías tuyo

La ruleta

Navegando el mar de tu vientre encuentro el placer exacto para fusionarme  en enjambre  donde lo inesperado con vos sea alcanzar las estrellas   aunque luego nos pese busquemos donde ocultarnos de las miradas ajenas que nos desprecien por inadecuados par es dos que combinan no hay otra explicación  que gire la bola en el paño no tomemos por engaño lo que solo es atención anudarnos en la canción del delirio que semeje girar en torno al mismo eje mientras la rueda gire uno a uno iremos sorteando las alquimias de este juego siempre juntos y con fuego que encendamos en el viaje propiciando el ensamblaje como forma de consuelo en tan sorprendente vuelo junto a quien hayamos amado

Retazos

Lo que me enamora de tu boca es la sorpresa de saber que tu sonrisa besa al volverte a ver en el resplandor del mar como el metal  de un sol que amanece   cuando hablamos de esas cosas que nos gustan a los dos continuar así  es lo que queremos solo eso no puede haber más me estarás esperando entre médanos salvajes y te apurarás al descubrirme desde tu puesto en la playa  bajarás casualmente  a mojar tus pies con caricias de olas rotas y charla frecuente disfrute de otra mañana de fiesta  con abejas zumbonas alrededor la poética nube que se mece distante en el horizonte de tus ojos mientras juegan nada puede quitarme eso nada parece mejor en esta caja de sorpresas no habrá sorpresa  son retazos de lo que podría ser  y no puede haber más no podrás darme más aunque tus sonrisas digan lo contrario

Fiesta en el Castillo (14) Trepando la montaña

Sin resbalar no te caigas princesa que vienen matando mientras sigas en mi mente construiré el castillo que olvidé  antes de crearlo estaba el  riesgo  de luchar por vivir carrera loca que no se gana y si no tiene fin me pregunto por qué el cielo se ve tan hermoso desde aquí abajo cuando retumba la tierra madre que devora a sus hijos nos disparan por tres veces tronó hoy el cañón y luego estaba ese ruido de cadenas que se pega al cerebro alguien alerta que estaban cerrando  nos dejarían afuera había que apurarse entonces una ola muro  emergió de sus palabras barriendo en pedazos  a los rezagados yo caí me pisotearon rodé y alcancé a oír los gritos de la marea

Fiesta en el castillo (13) Pleamar

Seguí en la misma dirección   no podía equivocarme   si avanzaba en esa línea con el mar a mi derecha haría una exploración ordenada  sin  caminar en círculos no muy lejos de ese punto fuera destino o casualidad alcancé a entreverlo ahí estaba al fin el castillo como aguachinado  en lo alto de un promontorio  imponente y sombrío a la vez muy inapropiado eso sí para una fiesta apenas iluminaban parte de su fachada  unas antorchas humeantes  lo que me hizo dudar  si valía el esfuerzo  de trepar tan alto  cuando la fiesta  debía de haber terminado mientras  me lo cuestionaba sin quererlo había empezado a remontar  aquella montaña  volcán o lo que fuera cuando me detuvo  una fuerte presión en los oídos como  cuando viajo en avión y se producen cambios bruscos de altitud  además advertí  que a mis espaldas a pocos pasos  se aproximaba  una multitud forcejeando des...