Entrando en ocre el rayo de otoño la chica del desierto en un cuadro rectangular mira el movimiento de los árboles los cristales de un océano de palabras con un soplido borra el mundo lo reconstruye amasa la forma de un castillo sus torres, almenas y jardines tapiza el sol alisa el tiempo con las yemas y entonces le crece el vientre pare la luna y vuelve a empezar. Había una vez un colorín colorado