De pronto dejarse caer por la pendiente continuar así con el viento susurrando en tus oídos algunas cosas que no querrías olvidar mientras con un rumor de hojas se levanta el mar herido hirviendo de rabia porque la tarde declina con un cansancio hueco que es de esperar y es un hecho absurdo que no dejará rastro de ella y se perderá detrás de las altas torres sola imperceptible a la luz en condición remota por unos asuntos vagos que tampoco importa mencionar ahora que el sol ha muerto