Habrá que poner las nubes en movimiento seguirles el rastro a los sentidos y uno a uno al vuelo de los pájaros rociar con agua fresca todo el bosque y que el tiempo haga lo demás por mi parte daré cuerda a los relojes de esta ciudad soñada como en un cuento de Andersen cuando los papeles duerman con ronquidos humanos y en un rincón lejos de la bruma volveremos a encender el sol todo será distinto del camino que lleva recuperaremos lo que se perdió y haremos de nuevo la cuenta para que esta vez la eternidad no se nos vaya de las manos