Era un pueblo en la mañana vestuario infinito de sol velado se formaba rocío en las hojas de trebol y zureaba una paloma en la cornisa se balanceaba una luz y en la lengua llevaba la perla no paró un momento tomó el último trago de café y empujó la barca a la corriente en un recodo lo esperaban los perros entraron en el agua como nutrias y se colaron al interior del ojo