Ir al contenido principal

Entradas

A Buenos Aires ausente

La felicidad comía de tu mano  el perro movía la cola  había flores de sobra las calles rezumaban esperanza   pero un beso omnipresente royó el corazón del mendigo no dejaron una miga del festín hoy los remolcadores son chatarra  sus cadenas  rechinan herrumbre hacen agua por los ojos y la boca que no bebe fácil de predecir cuando la gloria te navega  algo se ahoga en profundidad  un beso de fondo y la cruz del carnaval se queda ciega el cielo raso del insomnio apaga las estrellas  entonces solo queda el ángel acróbata. masticaste la fe  escupiste los clavos y el olor verde de las casas despintadas  y la pava en el fuego siseándote no te vayas Quinquela estibador el riachuelo se quedó de plomo el aceite en su negritud y las sirenas se asfixian de tanto llanto  entre barcazas varadas mirando al cielo

La espada del bosque

Me embrujó con sus gemidos la señora tenía buenos modales revolviendo cajones encontré la carta  donde ella expresaba sus intenciones cosas que tenía olvidadas las paredes transpiran mientras alimento el fuego  con papeles amarillos roídos por los besos   y le doy vueltas a este dulce de cruces y percances  anoche había una espada  clavada entre los árboles y la lluvia  lo mismo que ahora nadie hunde por olvido el acero hasta el puño tendrá relación con los cascos que oigo retumbar en las noches puedo imaginarlos galopando bajo una tormenta vidriosa con sus crines en llamas como desgarrones y me digo esta vez vienen a buscarte estás frito  y entonces un filo siega los pastos junto al aljibe y me hiere el desconcierto en un río de sangre es un sueño  sé que es un sueño no dejaré que el miedo me paralice mientras haya una gaviota que pelee contra el viento

La playa

Tengo una boa  que se traga lo que me rodea no puedo escupir palabra si antes no la lame o tritura me chupa la sangre muele mis sueños y se anticipa a mis pensamientos  se ríe de mí yo creé  a la maldita ingrata sin saberlo no sé qué es lo que quiere  la echaría a patadas si pudiera                                                                                                              pero las palabras                                                                                    ...