La felicidad comía de tu mano el perro movía la cola había flores de sobra las calles rezumaban esperanza pero un beso omnipresente royó el corazón del mendigo no dejaron una miga del festín hoy los remolcadores son chatarra sus cadenas rechinan herrumbre hacen agua por los ojos y la boca que no bebe fácil de predecir cuando la gloria te navega algo se ahoga en profundidad un beso de fondo y la cruz del carnaval se queda ciega el cielo raso del insomnio apaga las estrellas entonces solo queda el ángel acróbata. masticaste la fe escupiste los clavos y el olor verde de las casas despintadas y la pava en el fuego siseándote no te vayas Quinquela estibador el riachuelo se quedó de plomo el aceite en su negritud y las sirenas se asfixian de tanto llanto entre barcazas varadas mirando al cielo